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ARGENTINA MI QUERIDA



Mario Dambrosio
08-02-2009, 00:01:22
a ARGENTINA MI QUERIDA

Decime lector, ¿cuál nombre darías, si fuera posible, entre todos los países que ves examinando el atlas, a la tierra que te vio nacer y crecer, al país que te crió y cuidó, a la Patria que amás?
No hay dudas que la esplendida Argentina, sería tu favorita.
¿Cuál país, cuál estado en el mundo puede preciarse de un nombre tan fabuloso?
Así como su nombre, así es esa maravillosa tierra, tan lejana, tan fascinante.
La Argentina posee todos los bienes que nuestro Buen Dios ha donado a nosotros los mortales.
Clima templado en el norte y temperaturas de escalofríos en el extremo sur de la mítica Tierra del Fuego (allá donde los aborígenes, en los siglos pasados, encendían a lo largo de la costa un sinnúmero de hogueras para avisar de los peligros de los acantilados a los inexpertos navegantes que se dirigían hacia el Cabo de Hornos).
Campos inmensos de trigo y cereales, manadas de ganado que vagan en los pastos de la inmensa Pampa.. Frutas, verduras, hortalizas y viñedos a los pies de las colinas de Mendoza, centros de esquí en las montañas nevadas cerca de los Andes.
Petróleo a lo largo de la costa y otros recursos que quien escribe no puede describir, no habiendo nacido lamentablemente en esa tierra afortunada.
PREÁMBULO
El caso quiso que en el año 1524 los Conquistadores españoles que llegaron al actual Río de la Plata, quedaron fascinados por los dones de plata de los aborígenes.
Los mansos aborígenes desconocían que los recién llegados eran los tristemente célebres conquistadores.
Los mismos que en los años anteriores habían destruido dos imperios.
En el año 1519 Hernán Cortés, con la astucia, con las armas, con espadas, con arcabuces y caballos, desconocidos en el mundo nuevo, había llegado hasta Tenochtitlan, capital de los Aztecas.
Los españoles habían destruido esa bellísima ciudad que se encontraba en una isla, conectada a tierra firme por numerosos puentes.
Después de que su pávido emperador Montezuma fue ejecutado por los enfurecidos habitantes de la capital, los invasores españoles fueron obligados a la fuga.
Cargados de oro, en la famosa “Noche triste”, muchos de ellos perecieron en las turbulentas aguas del río que les costaba cruzar, ya que estaban impedidos por las pesadas cargas que llevaban.
Cuando era joven, leyendo las aventuras de Cortés, me impresionó para siempre aquella escena de la Noche Triste, que me recordaba los versos de Virgilio: ¡Oh auri sacra fames!
Refiere un anónimo que estaba presente en la expedición de los conquistadores:
“Una delegación de Montezuma se presentó a los embajadores a caballo del gran Cortés y ofreció insignias de oro, plumas de Quetzal y collares de oro.
Cuando vieron todo eso, sus caras eran sonrientes y estaban muy contentos (los españoles) y satisfechos.
Cuando agarraron el oro empezaron a comportarse como monos, estaban sentados justamente como ellos y era como si tuvieran corazones nuevos resplandecientes.
Porque la verdad era que eso era lo que más anhelaban.
Sus pechos se agrandaban y la codicia los hacía alocar.
Codiciaban el oro como cerdos hambrientos”.
Más al Sur, durante su avanzada en Perú, Pizarro capturó a numerosos revoltosos.
Mataron a todos ellos, pero a su jefe, el príncipe Tupac Amaru, fue reservada una fin más atroz.
Considerando que se había convertido al catolicismo, en vez de condenarlo a la hoguera, bondad suya, se conformó con quitarle la vida con el garrote.
Escena grotesca y vergonzosa.
Un sacerdote, tal vez un fraile dominicano, de Santa Romana Iglesia, que seguía a los invasores, bautizaba al pobre príncipe un instante antes de sufrir el garrote.
Los pobres aborígenes, libres desde hace siempre, fueron considerados por la Iglesia de Roma como seres inferiores y sin alma.
Obligados a ser bautizados en masa contra su voluntad, reducidos en esclavitud, diezmados por el cólera, por el tifo y por el tétano, enfermedades desconocidas por ellos, sufrieron la deshonra del Tratado de Tordesillas (1494), cuando España y Portugal dividieron sus tierras sin ninguna consideración de su existencia.
Mucho se ha escrito sobre estas infamias.
Alguna consideración por nuestra parte no está de más.
Claro, no podemos juzgar aquellos crímenes con la visión, la moral moderna.
Sin duda se deben relacionar con los tiempos, con la mentalidad y con la ética del siglo XVI.
No es que los españoles de hoy deban sentirse culpables por lo que hicieron sus ancestros.
Nada de eso. El siglo XVI era un siglo de violencia también en Europa: papistas contra hugonotes, etc.Todo eso está en el pasado; igualmente, tratemos de no repetir las mismas barbaries.
RÍO DE LA PLATA
Y vos, ingenuo aborigen del Mar del Plata, ¡regalaste plata a los conquistadores!
De hecho, como buenos españoles, enseguida se pusieron en acción, remontando el río Paraná, para descubrir la fuente de ese tesoro: la ”Sierra de la Plata”.
Mar Dulce fue llamada esa amplia extensión de agua, que a la izquierda baña la actual costa argentina, con Avellaneda, la Plata y otros centros habitados, mientras que a la derecha baña la costa sur de Uruguay.
Fue llamado mar dulce porque sus aguas, al comienzo saladas, se vuelven siempre más dulce al acercarse a la boca del Río Paraná.
Tan inmenso y majestuoso es este río, que al acercarse a la estación de los pilotos de Recalada, a la altura de Montevideo, no se logra ver las dos orillas, por la distancia que las separa.
BUENOS AIRES AÑOS 1971
En el lejano año 1971 llegando desde Génova con un bellísimo barco blanco, el "Sestriere" de Fiat Mare, amarraba en un muelle de Buenos Aires.
Fue así que, de repente, descubrí un mundo nuevo.
Es durante la noche que Buenos Aires muestra su verdadero rostro.
Como si fuera tomada por un frenesí incontrolable, un río de mujeres y de hombres sale y entra en los bares, en los restaurantes, en los cines, en los clubes, en las discotecas, en los hoteles por horas, en los locales a media luz, en los teatros, en las milongas. Una marea incesante circula en Avenida Corrientes, en Lavalle, en Florida, en Santa Fe, en Córdoba, en 9 de Julio, se entrelaza, entra en los locales y sale inmediatamente para entrar en otros.
De un sinnúmero de pequeños restaurantes salen, junto a los clientes, humos y perfumes de bifes de lomo, bifes de chorizo, bifes de costilla, asado y chinchulines.
En los grandes restaurantes tipo Cabaña, entran mujeres bellísimas y muy elegantes, que con una mirada de pocos segundos observan a todo el mundo y son admiradas por todo el mundo.
La entrada en esos locales de lujo es un rito liberatorio para las mujeres argentinas, entre las más hermosas y elegantes del mundo.
Con la misma desenvoltura con que entran en un restaurante, después de un par de horas cruzan el umbral de los hoteles, esperando una habitación libre.
En la sala de espera común, se conversa de todo con las otras parejas, se habla de política, de fútbol, de moda.
Luego, de repente, al llegar su turno, cada pareja se despide con una ancha sonrisa cómplice y, una vez en la habitación, la sonrisa se apaga para dejar espacio a los gemidos de placer.
Pero no basta, a la salida del hotel, enseguida una rápida comida en algún pequeño bar y luego a pasear en el gran parque Belgrano, hasta que, agotados, se termina acostados en el césped y, aturdidos por el intenso perfume de los jazmines, dormidos abrazados.
Luego, hacia las siete de las mañana, improviso el despertar con la primera luz del amanecer, cuando se enciende el bullicio de la ciudad que, recién despierta, va a trabajar en coche.

LA CABANA RISTORANTE – BUENOS AIRES

ROSARIO
Al comienzo de la tarde, durante el verano del año 1971, amarrado con el Sestriere en un muelle de Rosario, a 300 kilómetros de Buenos Aires, estaba sentado en la escotilla y observaba el campo alrededor de mí.
En un lado el río Paraná bajaba plácido, en el otro lado, más allá del silo, sólo verde, hasta el infinito.
Era domingo, ninguna operación de carga, y yo, aburrido, observaba la inmensa llanura con el ojo ausente.
Luego, en la lejanía, vi las cabezas de hombres y mujeres en movimiento.
Llegué hasta el puente, y observando con los prismáticos, traté de comprender.
Era un picadero de caballos, y varios jinetes practicaban y se divertían.
Monté en la bicicleta del barco y me fui hacia el lugar.
Había un discreto número de personas a caballo en esa tibia tarde de verano.
Salté la valla y me dirigí hacia la que parecía ser una oficina.
Pregunté si podía alquilar un caballo.
El dueño, dándose cuenta que era extranjero, me alquiló un caballo no demasiado caprichoso.
En Argentina seguramente no faltan los caballos.
No fue difícil dar los primeros pasos y, con el pasar del tiempo, casi podía ilusionarme con ser uno de ellos.
El potro era dócil y obediente e, imitando los pasos y las órdenes de los que estaban cerca de mí, aumentaba mi confianza.
Vuelta tras vuelta, me acerqué a una muchacha bonita que, elegante en su uniforme impecable, cabalgaba como una diosa.
A veces pienso que fue ella a venir hacia mí.
De todo modo, nos conocimos, hablamos de nosotros y de nuestro trabajo.
Ella era la hija del dueño de una Óptica del centro de Rosario, yo un joven oficial de marina que viajaba entre Génova y Buenos Aires, Rosario y otros puertos a lo largo del Paraná.
Era una joven mujer de edad incluida entre los 21 y los 22 años, alta, esbelta, con un largo pelo castaño suelto en los hombros.
Pero, lo que me conmocionó más de ella, eran sus ojos, de un verde profundo. Aquellos ojos verdes!
Esa noche misma estábamos sentados en un restauran de Rosario y, en el pequeño círculo mágico que siempre encierra un amor incipiente, estábamos solamente ella, yo y una vela encendida en la mesa.
Aquella era la misma muchacha que cada vez que llegaba a Buenos Aires, me alcanzaba con un micro Chevallier y que me enseñó el tango, el verdadero amor y la felicidad.

ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE ARGENTINA

En esos tiempos Juan Peròn no era mas Presidente y Argentina estaba en un período no muy feliz.
Ernesto Guevara De la Serna, apodado el Che, nacido en Rosario y licenciado mèdico en Buenos Aires habìa tomado posesiòn con Fidel Castro de la baia de Santa Clara.
Iniciaba la revolución cubana. F. Batista había sido derrocado.
Estaba cobrando vida en todo Sudamérica un movimiento lento y paulatino que intentaba emancipar ese continente de la sujeción a los Estados Unidos y a Gran Bretaña.
Nosotros los europeos, desde lo alto de nuestra soberbia intelectual y moral, no perdemos la oportunidad para juzgar y emitir juicios sobre Argentina, de la cual no conocemos ni la historia, ni los orígenes.
Los españoles colonizadores, a partir del descubrimiento a mediados del siglo XVI, habían creado una casta patrona, dueña de todos los territorios de la pampa, que producían riquezas enormes, que sólo ellos aprovechaban.
Los Caudillos, defendidos por los gauchos, por la Iglesia Católica y por las juntas militares, eran los dueños absolutos de aquella enorme riqueza en oro, plata, ganado, trigo, cereales, yerba mate.
A los porteños (habitantes de Buenos Aires), no quedaban que los tráficos portuarios y los trabajos de servidumbre.
Desde México hasta la punta Sur de la Tierra del Fuego, eran los dueños absolutos de todo, con la excepción de Brasil.
Destruyeron dos civilizaciones antiquísimas sin ningún remordimiento.
Con la llegada de la industrialización y del fenómeno de la inmigración masiva de comienzos del siglo XX, la olla se destapó.
Los inmigrantes, tanto italianos como españoles, o se reducían a hacer los medieros, casi esclavos, de los Patrones de las tierras, o iban a agrandar la población de Buenos Aires, como obreros, comerciantes, portuarios o descamisados (gente que, a causa del calor, circulaba sin saco en una ciudad hecha puritana por nuestra amada Iglesia Romana, pero sin un peso para comprarse una camisa).
Corruptos, Juntas Militares todopoderosas, la Iglesia Católica; todos no supieron comprender que había llegado la hora de renunciar, aunque sea en parte, a sus antiguos privilegios.
Hasta que finalmente Juan Perón tomó el poder, después de haber estado preso durante unas pocas semanas en una pequena isla ( Martin Garcia )
El gentío de Buenos Aires, enfurecido, obligó el Gobierno a permitir su retorno, y Juan Perón, triunfante, asumió la Presidencia.
Nacionalizó todo, los transportes, desde los viejos y obsoletos trenes hasta los colectivos impuestos por los ingleses, la empresa telefónica de propiedad de Estados Unidos, llamándola ENtel, y otras empresas poseídas por los norteamericanos.
Tanto los ingleses como los yankees no aceptaron de buen grado estas políticas, y así empezó la aversión, yo diría el odio, de los argentinos hacia Inglaterra y los Estados Unidos.
No existe persona en ese país, hombre o mujer, que no manifieste un odio extremo hacia esos dos países.
Odio que persiste aún en nuestros días, mientras escribo estas líneas.
El 26 de julio de 1952, a 33 años, moría en Buenos Aires Evita Perón.
Todo el país quedó conmocionado, como si hubiera sufrido una tragedia enorme.
Los había abandonado la amiga, la bienhechora de los pobres, de los oprimidos, de las personas sin tierra.
Durante cuatro días un gentío inmenso permaneció inmóvil y en lágrimas, bajo una espesa lluvia, delante de la Casa Rosada (en julio en Argentina es pleno invierno).
Los funerales de Evita fueron un evento irrepetible que quedará por siempre en los corazones, no solamente de los argentinos, sino de todos nosotros.
Ninguna mujer fue tan amada por su pueblo como aquella pequeña mujer, nacida pobre en un remoto pueblo de la pampa y que, cuando llegó al poder junto al marido Juan Perón, fue contrastada por la Iglesia, por ser hija ilegítima.
Ayudó a los pobres, fundó la “Fundación Evita Perón”, con el único fin de donar comida y agua a los hambrientos, justamente en un país que abundaba de alimentos, agua y riquezas, en las manos de pocos privilegiados.
Fue recibida en España como un Jefe de Estado por el dictador Francisco Franco, que le otorgó la condecoración de la Gran Cruz de Isabel de Castilla.
Al contrario, Buckingham Palace se negó a recibirla.
Esta incomprensión, este odio, generó, algunos años después, la guerra de las Malvinas (1982).
Pero eso no puede borrar sus indudables méritos.
Fue la primera mujer que concedió, en el año 1947, el derecho de voto a las mujeres, cuando en Italia las mujeres todavía eran encerradas en casa por los maridos.
Su marido Juan Perón, aunque haya sido un populista, ¿cuál otro instrumento, que no fuera el derecho de voto de los habitantes de las grandes ciudades, tenía para liberarse del yugo centenario de los grandes terratenientes?
Argentina es el país de las grandes manadas de ganado.
Seguramente no falta la carne, pero la corrupción y los malos gobiernos lograron, en el año 2001, declarar el default del país, con una deuda pública enorme y una devaluación salvaje.
Faltaba la carne y en las pequeñas aldeas del Noroeste hubo casos de muerte por hambre.
Todo podía necesitar aquel país, seguramente no ser condenado por el F.M.I.
Burócratas hijos........ ¿Qué hizo Italia para Argentina en ese período?
Pidió petulante el reembolso de los tango bond.......…
En cambio, pensemos en quién era presidente durante la Guerra Sucia y en quiénes fueron los responsables de los miles de desaparecidos, arrojados al mar desde los aviones de Leopoldo Galtieri y de Eduardo Villa, entre 1976 y 1983. Presidentes de claro origen italiano, que estudiaron en la Escuela Militar de Buenos Aires con el Side y con la Cia, adhiriendo a la operación Condor.
Pensemos en las lágrimas de las madres, ahora abuelas, de Plaza de Mayo, y tengamos vergüenza cuando hablamos mal de ese país.
Claro que Argentina es un país peculiar.
El peronismo es un fenómeno típico de ese país.
Puede no gustar, pero es indudable que ha servido a derrocar un sistema ancestral donde, durante siglos, mandaron siempre las mismas castas. Recuerdo que desde el año 1971 al año 1975, cuando me quedaba en Buenos Aires, después de las noches maravillosas que conté antes, regresaba a mi barco, calmo y tranquilo con el saco en los hombros, justamente algunos minutos antes del turno de trabajo de los portuarios, hacia las 8 de la mañana. Veía los barcos amarrados en los muelles del gran puerto, y debajo de éstos una pequeña cantidad de portuarios, que esperaban el llamado al trabajo.
En la plataforma inferior de la plancha que conducía hasta la cubierta del barco, un Capataz muy alto, altísimo, con un sombrero negro de alas anchas, se ocupaba del llamado.
Alrededor suyo, en círculo, esperaban unos cincuenta portuarios, que anhelaban ser llamados a trabajar en las estibas de los barcos.
Aún hoy me retumba en la cabeza la voz de aquel Capataz y, cosa rara, su nombre: López.
Calmo, escrutando a los pobres portuarios que esperaban, con voz impasible llamaba a los peones uno a uno: Diego, y Diego, al subir, ponía en la mano de aquel hombre un billete doblado en cuatro.
Después de Diego le tocaba a Ramírez, a Pablo, y así siguiendo, hasta llegar a 40/50 portuarios.
Hacia el final del llamado, recuerdo aún hoy la escena humillante de los excluidos que corrían hacia otro barco, con la tenue esperanza de ser llamados por otro Capataz.
También eso era Argentina, después de la película "La ley del silencio”, de Elia Kazan con Marlon Brando, y del viaje del Che Guevara, quien en motocicleta hacia el norte, notó en todos los países de lengua española la enorme desigualdad entre la pobreza de muchos y la riqueza de pocos, justamente en los países colonizados por los Conquistadores.
Y aquí sería útil notar que estas injusticias, probablemente, no se deberían imputar principalmente a los Estados Unidos o a los rubios habitantes de Inglaterra, sino a la herencia centenaria de una cultura típica de los conquistadores, es decir la encomienda.
Pienso que muchos no estarán de acuerdo con quien escribe, pero no creo que el revolucionario Che Guevara, comandante de la prisión Fortaleza de San Carlos, fue responsable durante muchos meses de los asesinados de centenares de opositores que entraban de pie y salían horizontales (six feets under)) Yo creo que el grande revoluzionario fue puesto a la direcciòn de carcel por invidia. El Che pensaba en grande, querìa exportar la revolution a Mèxico, a Africa,.a todo el mundo y no solamente en la pequena isla de Cuba. Diò a otros el encargo de dirigir la càrcel. Guevara humillado, dejò Cuba y se dirigiò por la selva Boliviana y allì muriò como lo ùltimo de los heroes.
Donde estuba Fidel en aquellos dias ¿ En la cama con las actrices rebeldes de Hollywood?
Como sabe todo el mundo, Argentina frecuentemente es afectada por crisis económicas, como en 2001 y en 2008. Igualmente creo que sea el país más rico del mundo.
Todo depende de la incapacidad innata de esa gente de crearse solos una cadena de industrias libre de las coerciones tanto de Europa, como de Estados Unidos, de Rusia y en futuro de China.
Al contrario, Brasil es una columna de los Estados Unidos y saca de este país sus ganancias, tanto en la industria como en el turismo, en las mujeres de las favelaa, en el sexo y hasta en el sexo extremo.
Argentina no acepta estos compromisos.
Durante los años de la guerra fría, a causa del odio hacia los Estados Unidos e Inglaterra, sus productos se tuvieron que exportar a la Unión Soviética.
Nunca se había visto un tráfico tan incesante de trigo y cereales entre los puertos argentinos y los puertos rusos.
¿Qué tuvieron de la Unión Soviética?
Nada de nada. Alguna maquinaria obsoleta y desechos de depósito. El dinero se quedò en paìses extranjeros.
Teniendo en cuenta que ese país es muy rico, una industria autosuficiente y moderna habría aventajado mucho tanto a nosotros como a ellos.
Sin embargo, ciegamente seguimos explotando ese país, como lo hicieron los Conquistadores durante los siglos pasados.
España, que por herencia histórica debería ser el primer país europeo en ayudar Argentina, seguramente no crea industrias, sino las explota.
La Compañía Telefónica Argentina, está en manos de los españoles como otras industrias.
Argentina, desde Juan Perón hasta la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner, siempre ha sido tercamente de izquierda, y eso ha contribuido en mantener alejados los grandes capitales.
Sòlo el tan maltratado Hugo Chávez, rico de los ingresos del petróleo, cuando puede, hace llegar su ayuda pagando las deudas causadas también por las presiones del F.M.I.
Pueblo muy orgulloso, no pide nada a los demás, pero, lamentablemente, los demás no hacen nada para él.
Como una linda mujer con quien todos se acuestan, pero nadie se casa.
Simplificando el concepto: Argentina sólo necesita ser amada, ayudada a crearse una industria que pueda volverla independiente de todos los humores políticos y egoístas de los Estados Unidos, de Europa y de Rusia.
Después de dar este paso, orgullosos como son, serían capaces de aplastarnos a todos como gusanos.
Sin embargo, me parece que nadie, con el fin de seguir explotándola como desde hace siempre, lo desee.
En los ùltimos anos las cosas han cambiada. La Iglesia Catòlica, con el Cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio presta màs atenciòn a los pobres.
En el ùltimo encuentro de los G20 en Washington (domingo 16/11/2008 ) asì se describe (por el mayor diario italiano ,” ( Corriere della Sera “ )la entrada, ante los 20 Jefes de Estado, de la Presidenta Argentina: Y aquì està, con todo el fulgor latinoamericano, Cristina Kirchner.
En Rosario, alto y majestuoso, iluminado por una luz eterna, se encuentra, en un bellísimo parque, el Monumento a la Bandera.
Fue en Rosario (Cuna de la Bandera) que en el año 1810 el General Belgrano izó por primera vez la actual bandera argentina.
Pueblo soberbio y orgulloso de su tierra, se conmociona mucho con las notas del himno nacional.
Son estas notas que unen a todos los argentinos, de norte a sur, de este a oeste.
¡Y nosotros los estúpidos italianos lo silbamos antes de un partido de fútbol! Que ofensa tan grande.
¿Se recuerdan la bronca furibunda de Maradona?. ¡Tenía muchas razones! Viva la mano de Dìos .
Final
Ah, ¡me olvidaba!
Esa chica maravillosa que en el año 1971 se dormía a mi lado en los perfumados jardines de Belgrano en Buenos Aires, nunca más la volví a ver y en las largas noches insomnes pienso en ella con mucha nostalgia. Sì un dìa ella leyera este escrito, sepa que sufrì con ella cuando sus hijos murieron echados al mar de los aviones, cuando su hijos murieron en la Guerra de las Malvinas. .
De cualquier forma, gracias Argentina…

leander
08-02-2009, 00:09:33
Grazie per la testimonianza, Mario!
Tornato proprio ieri sera da 24 giorni in Argentina, mi hai dato la piacevole sensazione di essere ancora in quel magnifico Paese!